Cuando uno
entra al cine a ver una película de Quentin Tarantino, debemos tener una leve
conciencia de que entramos a una clase de cine a aprender. Te sientas al lado
de los demás alumnos y pones atención a lo que el maestro te ensenara. Tienes
que poner atención. Cada detalle tiene propósito y no puede quedar en el aire.
El director
de 52 años nos trae su octavo filme tomando en cuenta que Kill Bill es una sola
película. Desde 1994 he contemplado a Pulp Fiction como la mejor película de
Tarantino. En ese film traza con brillantez un guion espectacular con altos y
bajos que lo mantienen atento a la pantalla. Cada línea de dialogo trasciende
en tu mente obligándote una y otra vez en indagar el trasfondo de una escena.
La segunda
mejor película de Tarantino a mi criterio es Kill Bill. En ese film el maestro
del cine nos lleva en un viaje atreves de los géneros cinematográficos,
haciendo alusión al cine asiático y a los espagueti westerns. Resalto más al volumen
2 que al 1 simplemente por la presentación y el dialogo del villano. Sin
embargo, los volúmenes son una obra maestra de cine que te hacen enamorarte del
celuloide.
Luego la
tercera gran película de Tarantino tiene que ser Hateful 8. Entro a la sala de
cine pensando que el filme sería un experimento cinematográfico el filmarlo en
70mm. Teniendo la capacidad por qué no hacerlo? Sin embargo el maestro vuelve a
darnos clases haciendo hincapié de que la tecnología con lo cual grabas la película,
es una herramienta poderosa para transmitir el mensaje de la historia que
deseas contar.
Para los no
iniciados, tratare de explicar las diferencias entre 70mm y 35mm como me lo
enseno mi profesor de secundaria Rafael Gochez. Grabar en 70mm es grabar en el
doble de longitud de los típicos 35mm que normalmente se filman todas las películas
que ves en el cine. En 70mm no solo alarga las dimensiones de lo que filmes
sino que aumenta la resolución. Casi el 90% del cine hoy en día es filmado
35mm. Grandes clásicos como Cleopatra, The Sound of Music y Ben Hur fueron
filmados en 70mm. Este formato es perfecto para los grandes planos. Ejemplo de
ello es la carrera de carruajes de Ben Hur.
Ver la Hateful
8 en 70mm es una experiencia inigualable. Todas las películas de Tarantino
tienen una escena en particular que resaltan en la pantalla. Hateful 8 tiene
una colección de escenas memorables que hacen retumbar tu alma en la
profundidad de tu ser. Golpean tu coro interior y te dejan exhausto después de
ver lo brillante de las mismas.
La película
es simple. Es una historia de misterio que involucra a 8 extraños en las
tierras heladas de Wyoming después de la Guerra Civil de los Estados Unidos.
Arranca el filme con John “The Hangman” Ruth (Kurt Russel), un caza recompensas,
que lleva como prisionera a una fugitiva (Jennifer Jason Leigh) en un carruaje
de 6 caballos. Ellos se encuentran con otro casa recompensas (Samuel L.
Jackson) y un hombre que dice ser un Sheriff. Todos ellos se hospedan en una cabaña
cuando van de camino al pueblo de Red Rock, la cual la comparten con 4 extraños.
Es en esa cabaña donde cada uno de los personajes se da cuenta que posiblemente
no llegue a su destino final.
La película
tiene el estilo clásico de Quentin Tarantino. Diálogos filudos y referencias históricas
que te hacen pausar un momento. Pero lo impresionante es el uso de las cámaras de
70mm.
Especialmente cuando se tienen dos personajes en el mismo cuadro. Es
simplemente magistral como los 70mm colaboran en contar la historia. Los
personajes están bien desarrollados al estilo clásico de Tarantino, y el guion
es como lo que siempre esperamos. Los homenajes al Bueno, El Malo y el Feo son
calcados al grado de que por un momento confundes a Samuel L. Jackson con Lee
Van Cleef.
Pero los
70mm presentes siempre, hacen que esa técnica sea un personaje adicional en la película.
Tarantino siempre llama a la mejor escena de su película “La Gran Hermana”. A
pesar de que Hateful 8 tiene muchas buenas escenas. Hay una en particular que
esta filmada magistralmente al grado que puedo alegar que es una de las mejores
escenas grabadas en el cine. Es la escena al final del tercer capítulo donde interactúan
los personajes Major Marquis Warren
(Samuel L. Jackson) y General Sanford "Sandy" Smithers (Bruce
Dern). Las actuaciones soberbias de ambos actores más la técnica de filmación colabora
a que sea una de las mejores escenas de todos los tiempos en la historia del celuloide.
Solo por esa escena, vale la pena los $5.00, $10.00 o $15.00 que pagues por
verla. Esa escena vale todo lo que costo rodar la película. IMPRESIONANTE.
Ames u odies el cine de Tarantino, él es una voz de su generación. Sus películas lo han demostrado una y otra vez. Si quieres ver una candidata al premio de la Academia, esta es una candidata seria, sólida y magistral.