martes, 7 de julio de 2015

¿Dónde está el DeLorean? – Terminator Genisys por Colaborador Invitado. Rhadamantys Vides


OK, voy a ser franco con ustedes desde el inicio: Esta película definitivamente será uno de mis personales placeres culposos (Ref. LCP Podcast 08). Imagínense Back to the Future 2 cruzado con Terminator 2 y tendrán una idea bastante cercana de cómo es esto. ¿Y saben qué? Es divertida.




Habiendo entrado con CERO expectativas (T3 es apenas pasable gracias a Claire Danes y Kristina Lokken y… bueno, sostendré a muerte que T: Salvation está en mi top 5 de Bodrios à-la LCP Podcast 07), de esta película que venía más que espoileada por sus trailers (no necesitamos a Human Spoiler Barillas esta vez), encontré a Arnold en su rol más icónico, añadiéndole como co-estrellas a varios deslucidos actores de reparto que ayudan con la trama, pero no lucen: ¡Este es el show del ex-gobernador! … ¡Y pasa raspada!

Abusaré de los lectores una vez más con el argumento: Skynet está de vuelta en las andadas y como es tradición desencadena el apocalipsis.  El joven Kyle Reese (futuro tata de John Connor… o pasado tata… bueno me entienden) nace bastante sanito en medio de tanta radiación y es salvado por J.C. para ser su mano derecha y guachimán, hasta llegar a la batalla final contra los minions de Skypedia. Viendo que activan a un T-101 y lo mandan al pasado, Kyle adulto se lanza a la máquina para salvar a Sarah Connor. Hasta aquí todo bien.




Peeero… parece que la máquina del tiempo versión siglo XXI funciona con hongos alucinógenos y dispara unas sus visiones ex - machinistas en Reese quien regresa a 1984, a encontrarse con algunos pequeños cambios, ya que aparte del clásico T-800/101 ochentero, en esta línea de tiempo ha habido terminators rondando para palmar a Sarah desde la época disco. A partir de aquí, Reese, Sarah y un maistrón T-800 se enfrentan a un surtido de mecanoides (tristemente no hay T-Xs), viajan en el tiempo… al futuro que es hoy,  a encontrar que ya todos estamos dominados por Skynet Play App Store. Afortunadamente, aun es posible acabar con el mal con un megabombazo en los cuarteles de Cyberdyne, lo cual (sorpresa) se logra tras persecuciones por tierra y aire, algunos balazos y el climático combate cuerpo a cuerpo entre Terminators donde los humanos sólo aplauden. Hurra y escena final esperanzadora, con preventa de la secuela a mitad de los créditos.




Vamos primero con lo malo, y no les puedo mentir: El argumento tiene más hoyos que una red de fútbol. Es igual de confuso y borrasaldo que la segunda parte de volver al futuro, con el concepto de líneas de tiempo repetido hasta el cansancio, los terminators van y vienen por el tiempo tan fácil como tomar el SITRAMSS, Skype sigue tan tonta como siempre, enviando cyborgs a los ochentas en lugar de enviar uno sólo a una semana antes de su derrota final a avisarse a sí misma de los plantes de la resistencia, también hay máquinas del tiempo caseras en el 84… Y ahí le paro. Al menos Doc Brown y Marty lo hacían con ingenio y aquí el genio es el T-800 que es más sabio que Sheldon Cooper, Phineas y Pherb juntos, vaya evolución de chasis de combate a Overmind. Es más inteligente que Skynet ¡por favor!




Lo mediocre: Los actores. Sarah parece salida de Hunger Games, y Reese es un clon de John Mclaine Jr. La gracia de las películas originales es que Reese sí parecía el soldado muerto de hambre y desesperado de una resistencia, y ahora parece un bien alimentado SEAL, Sarah tenía aquella mirada perdida de una demente con una misión y ahora es la persona más estable del mundo, cero traumas. John Connor, ni hablar, cero carisma. El único que se salva es justamente Arnold, que puede actuar tan mecánico como siempre y se le nota a leguas que sí se está divirtiendo. He’s a Pass.




¿Pero y lo BUENO? Calma lectores, aquí va: tenemos múltiples secuencias de acción bien logradas (aunque no particularmente innovadoras), las batallas entre los varios modelos terminators son interesantes (obviando que Arnold ya casi es como Gokú de invencible), el repaso fílmico a las escenas de la película original está realmente bien hecho y te patea directo a la entrepierna de la nostalgia (basta decir que hasta los icónicos Nike Air de Reese son respetados), la ausencia completa de sentimentalismo maternal de Sarah contrastada con su devoción completa a su padre mecánico fue de lo mejor, así como los momentos de humor auto referido. A mí sí me gustaron, pero admito que ví las originales en mi juventud y sé que no será el caso con todos.

Y en la paradoja más inteligente de la película, que trágicamente el director deja diluir entre las explosiones,  los humanos enfrentan a Skynet y la acusan de ser enemiga de la humanidad, y la naciente I.A. razona que lo será porque los héroes quieren destruirla argumentando crímenes futuros. Vaya reversión de roles. Lastimosamente, nuestros héroes son tan densos que no realizan este momento.





SUMARIO: La nostalgia es el gran motor de la primera mitad de esta película, mientras que la neo-estética de acción del siglo XXI lo es para la segunda. La primera lo logra, la segunda se estrella. El resultado es una película con enormes deficiencias argumentales e histriónicas, pero a la que podemos dar crédito por ser una suerte de Terminator Greatest Hits. RECOMENDADA para los fans de la serie, PERO NO VENGAS si las películas con paradojas insalvables te hacen desear lanzar las palomitas del coraje. Que suene ‘You Could Be Mine’. 

Por Edgard Roberto Rhadamantys Vides

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